El camino de Efeso
Por Dr. Justo Anderson
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La historia de la iglesia de Efeso es conmovedora, elocuente, y es una fiel palabra profética para la iglesia de Jesucristo de todos los tiempos. Desde sus inicios según el libro de los Hechos, siguiendo por la carta que Pablo les escribe, y por último el mensaje que el Señor les dirige en Apocalipsis, podemos advertir cómo todo lo que la Palabra de Dios registra sobre la vida de aquella iglesia, es un reflejo de lo que ha venido sucediendo por siglos en la iglesia cristiana, que se acentúa con más fuerza en estos últimos tiempos en las congregaciones que surgieron después de la Reforma como guardianes de la fe y la sana doctrina.
En Mileto – hermoso relato de Hechos 20 – Pablo decía a los ancianos de Efeso que les había anunciado todo el mensaje del Señor, cuya base era el arrepentimiento y la fe en la obra redentora de Cristo para perdón de pecados. Así lo expresa: “ Por tanto, yo os protesto en el día de hoy …”     (v. 26 ) que él no dejó de decirles con toda claridad cual era el mensaje del Evangelio. “ Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos …”  (28 ) porque la existencia de la iglesia nunca es serena y siempre hay ataques.
Sin eufemismos dice luego “ … entrarán … lobos rapaces, que no perdonarán al rebaño. Y de vosotros mismos se levantarán hombres que hablen cosas perversas …” ( v. 29 y 30 ) “ Por tanto, velad …” ( v. 31 ).
En Apocalipsis cap. 2 hallamos el primero de los siete mensajes a las iglesias, y es precisamente a la de Efeso. Si bien había algo a su favor, tenía una mancha grave que necesitaba ser limpiada: “ Pero tengo contra ti, que has dejado el primer amor. Recuerda, por tanto, de donde has caído, y arrepiéntete …” ( v. 4 y 5 ).
Lo que Pablo, inspirado por el Espíritu, les había dicho se cumplió con el correr de los años. Era necesario volver al primer amor; a las fuentes; al verdadero Evangelio de Jesucristo.
Ubicándonos en nuestra época, estamos viendo que la iglesia, por querer “ acercarse al pueblo”, a la gente, y pretender “desmitificar” la religión, ha dejado la fuente y tergiversado el Evangelio, dejando así el primer amor: “ … has caído …”.
Veamos algo. El Señor Jesús nos ordenó ir y predicar el evangelio, bautizar y formar discípulos, cosa que los apóstoles hicieron con fidelidad y muchos después los imitaron, incluso hasta nuestros días. Así es como lo entendió y procedió siempre la iglesia bíblica.
En Efesios 3:10 leemos “ para que la multiforme sabiduría de Dios sea ahora dada a conocer por medio de la iglesia ( su presencia y acción ) a los principados y potestades en los lugares celestiales”. Este versículo se refiere a principados y potestades celestes; seres espirituales así “ buenos como malos”, distinto a lo de Efesios 6:12.
Lo fundamental es que tanto el mandato de Jesús como esto que Pablo escribe es ordenado a la iglesia, el Cuerpo de Cristo.
Lo que la Palabra de Dios dice y ordena es una misión ineludible, impostergable e inmutable para el Cuerpo, no sólo en lo que atañe a predicar el evangelio, sino a vivirlo según las normas divinas.
El cuerpo de Cristo, como cada miembro de él, va a tener que cumplir esa misión y para ello deberá luchar contra todo lo que se opone al evangelio. En este sentido es bueno recordar que para eso no es necesario ser pastor, misionero, teólogo o erudito, ni tampoco una iglesia de determinada categoría. Simplemente es el Cuerpo de Cristo, sus miembros.
“Recuerda, por tanto, de donde has caído…”
¿ A qué nos lleva este comentario ?; a reflexionar partiendo de la experiencia de Efeso sobre aspectos o temas que a muchos les parecerán triviales, o quizás piensen que quien escribe está fuera de época.
Una primera reflexión en cuanto ha haber caído tiene que ver con la “ tercerización” que tanto se usa en el universo comercial. Esto no es nuevo en nuestro ámbito religioso aunque no se llame así, pero se difundió con más fuerza en las última décadas en las iglesias evangélicas.
Me refiero primeramente a las Organizaciones evangelísticas, cuya conformación no es la de una iglesia a las cuales solamente el Señor ordenó predicar, enseñar y bautizar.
Dichas organizaciones mueven multitudes gracias a sus recursos económicos y tecnológicos. Realmente son organizaciones – con todo lo que ello implica – y no iglesias, y es común que muchas de ellas en sus presentaciones, se cuiden de anunciarse como mensajeras del evangelio del arrepentimiento y del perdón de pecados en Cristo, precisamente para que la concurrencia a los eventos sea un “éxito” … porque el mensaje claro de la Biblia no atrae multitudes, y saben que la gente prefiere lo ameno y hasta lo divertido.
Para eso se preparan los grandes espectáculos o shows, que incluyen “ rock cristiano” ( * ), ruido, luces de colores, humo, y músicos y cantantes cuyo testimonio cristiano a veces no es probado.
Todas estas cosas vienen a ser como “ el otro evangelio”, que no figura en el Nuevo Testamento.
También se ha “tercerizado” la obra misionera. Si bien es cierto que un número importante de iglesias no están en condiciones de enviar o sostener misioneros en otros lugares, sí pueden “misionar” su barrio o pueblo. Pero se opta por ofrendar a una organización dejando de lado la tarea fundamental de la iglesia.
Lo bueno es hacer tanto lo uno como lo otro, si es posible, como lo vemos en el Nuevo Testamento.
Pero hay otras cosas a las que hay que prestar atención como iglesia para no oír: “Recuerda … de donde has caído …”.
A una profusión de libros cristianos de diversos orígenes y temas, muchos llamados “éxitos” o “ best seller” – cada uno podrá evaluarlos – se suma una importante cantidad de Biblias de todo tipo, y no me refiero a las modernas traducciones serias.
La Biblia es una, y no se puede adaptar al gusto, edad, ocupación, o sexo de la persona. Alguno dirá que está bien, porque de alguna manera “algo leen”. Pero el Espíritu Santo hará la obra de conversión y de restitución solo cuando se lee y discierne la Palabra inspirada de Dios.
En definitiva tanto muchos libros como éstas nuevas Biblias no son sino productos para vender y lograr la subsistencias de más editoriales, de más organizaciones, y así se confunde al creyente, a la iglesia, que recurre a estas cosas, aparentemente buenas, porque como son de “origen cristiano” lo aceptan sin dudar.
La iglesia afronta un gran desafío y solo apoyándose en la claridad del mensaje bíblico puede evitar su caída, según la visión divina, y no “ el caer” de acuerdo a la óptica humana.
Como ésta, se podrían enumerar otras cosas que se infiltraron lentamente en las iglesias,  “que no son tan graves” pero puede ocurrir como con  Judá ( Jer. 3 ) que consideró “ cosa liviana su fornicación”.
Así, fueron más afectados los jóvenes, a veces con “ ayuda” de los mayores: café concert; juegos donde se imitan artistas que están lejos de ser ejemplos; pijama party; salidas nocturnas a lugares no convenientes; películas dudosas; bailes, etc., etc.
¿ Hacia donde vamos ? ¿ seguimos el camino de Efeso ?
Con un ademán de resignación se dice: “ y, sino hacemos algo, nadie viene ” o, “ sino no nos actualizamos, nuestros jóvenes se van; la iglesia no los contiene ”.
Actualizarse así es solo retener el cuerpo de las personas, porque de todas maneras sus almas se irán.
La iglesia está en peligro; las potestades ganan espacio; la guerra espiritual no es una  batalla abierta a sangre y fuego porque el enemigo es invisible.
La guerra espiritual es una contienda larga que se asemeja a la guerra fría, silenciosa y sicológica pero mortal, tal como lo hace el mundo con sus organizaciones que llevan a cabo este plan y destruyen muchas vidas.
Tan sigilosa es esta “ guerra fría espiritual”, que hasta no nos damos cuenta del avance destructivo que tiene por ejemplo el ecumenismo, ya que parece que no hay problemas en tener cultos con distintos credos donde Cristo no es el único Señor y Salvador, no teniendo presente así lo que dice Dios tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo Testamento. Recordemos solo lo de Jeremías 15:19 y 2º Corintios 6:14- 7:1 que les invito a leer en sus Biblias.
Sobre este tema escribe el pastor y escritor John Stott  “ Un cristianismo unido que no sea el verdadero no obtendrá la victoria sobre las fuerzas anticristianas, sino que será vencido por ellas … Desprecio por el dogma; odio a la controversia; amor a la tolerancia; el llamado a estrechar nuestras filas y el espíritu ecuménico, estas son algunas de las tendencias modernas que se oponen al propósito de definirnos y contender por la fe.” ( ** )
Llenar templos o estadios con gente a la que se atrae o “engancha” con cosas traídas o parecidas a las del mundo para que no vean “tanta diferencia”, o predicarles “ cree en el Señor Jesús y serás rico o tendrás siempre salud” no es la verdad.
Solo el evangelio de Jesucristo es el camino la verdad y la vida, “ … así dijo Jehová … y si entresacares lo precioso de lo vil, serás como mi boca. Conviértanse ellos a ti, y tú no te conviertas a ellos”. Jer. 15:19 b.
No está mal que la iglesia “ contenga” –nuevo término que se ha incorporado ahora–.
Muchas organizaciones también lo hacen y está bien. Pero sí está mal cuando no se habla con autoridad bíblica sobre el pecado y la necesidad de arrepentimiento en la iglesia; cuando no impera la Verdad y no se vive en ella para andar en caminos de santidad amor y servicio, como lo expresa Pedro en su primera carta. Santidad no es asumir una actitud estereotipada, sino un estilo de vida acorde a lo que Dios es y nos manda.
Cuando Pablo advertía a los efesios sobre la lucha espiritual, no los arengó para salir a pelear, sino para resistir con el poder de la oración y de la Palabra porque conocía la sutileza del adversario.
Muchas cosas de nuestro diario vivir parecen inocentes – algunas las mencionamos – pero son letales como los virus que se van desarrollando y extendiendo hasta generar una pandemia.
Dios nos ilumine y guíe con su Espíritu Santo para evitar que un día debamos escuchar el reproche y la advertencia: “ Recuerda por tanto de donde has caído, y arrepiéntete.”

(*)  Para mayor conocimiento sobre el tema ver entre otros: “ El rock invade la Iglesia”  CLIE  - J.    Blanchard - “ Su hijo y el rock” UNILIT  -  B.  Larson
(**)  “ Las controversias de Jesús”    CERTEZA J. Stott