"Profetas y Profecías"
Juan Pablo Bongarrá
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Cuesta recordar que alguna “profecía” haya convulsionado el ambiente evangélico de la Argentina, como la recibida hace unos días. La especie vino de Singapur pero era de un Coreano y el “adelanto” nos llegaba a través de un Uruguayo. Traía palabras de prosperidad, especialmente para los mendocinos de San Rafael. Nos anunciaba que cada año, de aquí al 2010, se iban a convertir dos millones de compatriotas, el presidente iba a invitar a mil pastores a orar con él y una marea de inmigrantes vendría a poblar nuestras tierras. Y seguía con más precisiones acerca de un futuro venturoso para nosotros.

A través de una rápida lectura, es sencillo descubrir contradicciones, inexactitudes y expresiones delirantes. Lo que produce la lectura es la sensación de que otra vez el débil en la fe iba a ser engañado y manipulado. Pero jamás pensábamos que pastores iban a creer semejante mensaje, buscar de invitar a quien trajo esta palabra y que grupos de creyentes irían a comprar terrenos en la zona de San Rafael lugar donde comenzaría la lluvia de bendición, según la profecía.
Asusta pensar que pastores y miembros de iglesias tengan tal tremenda necesidad de escuchar algo nuevo, sorprendente, que los saque de la mediocridad; algo que les diga que los argentinos somos distintos, elegidos, casi únicos. Al mismo tiempo, se hace evidente en otros, de otros países, la necesidad de inventar cada año algo nuevo a fin de motorizar sus proyectos personales y generar recursos, programando conferencias que incluyan tours a la Argentina, el país del “gran avivamiento”.

Llama la atención la poca memoria de estos hermanos; pero es imposible olvidar algunos anuncios proféticos tales como:
  • “Fueron expulsados los demonios de la Casa Rosada y del Ministerio de Economía. Como resultado se detuvo la inflación”.
  • “El próximo presidente de los argentinos saldrá de la congregación de un pastor (hoy caído en desgracia)”.
  • “El avivamiento argentino se multiplicaría en todo el mundo.
  • “Han sido conquistadas varias ciudades para Cristo: Resistencia, San Nicolás, La Plata”.
  • “El Casino de Mar del Plata fue liberado de los demonios que lo poseían”. (¿Esto significa que los cristianos podríamos ir al Casino, ahora que fue liberado…?)
Todo esto sin mencionar las palabras proféticas declarando sanidad en personas que poco después pasaban a la eternidad.
El lector podrá agregar a esta lista otros tantos disparates sin ninguna dificultad.
El abuso de las frases: “El Señor me dijo”, “Recibí del Señor”, etc, la manipulación del texto bíblico, y el cada vez menor uso del don de discernimiento de espíritus produce que cualquier cosa dicha por estos modernos profetas es creída, publicada y seguida con resultados desastrosos para iglesias y hermanos débiles en la fe, sin mencionar los efectos negativos fuera de la Iglesia.

Lo penoso es que esta ola que nos llega “del norte”, como tantas otras cosas, viene de organizaciones y ministerios que lucran con producir “novedades” para luego desarrollar su negocio a través de libros, conferencias y viajes. La supuesta creatividad no es otra cosa que una mala copia de un mal modelo. El antecedente más cercano es el Movimiento Profético de Kansas City que diezmó cientos de iglesias, destruyó ministerios y avergonzó el nombre del Señor.

Ahora nos toca a nosotros ver aterrizar en nuestra tierra a estos modernos profetas que dicen recibir mensajes de Dios que pastores e iglesias les permiten dar sin ningún tipo de cuidado ni análisis.
Como ejemplo lamentable, consideremos una profecía recibida por la Sra. Cindy Jacob, que ella misma escribió y publicó en una página en Internet. Rescato de la misma tres párrafos que evidencian el grado de desvío a los que se llega cuando dejamos de basar nuestra fe en el texto sagrado y comenzamos a confiar en nuestros sentimientos. Lo escrito se refiere a las conclusiones de un “encuentro de generales”, pocos días antes del inicio de la guerra de los Estados Unidos contra Irak.
“Al preguntarle al Señor porqué Estados Unidos iría contra Irak, una de las razones que el Señor me dio fue que él deseaba que protegiéramos a Israel de un ataque de Irak. Otra razón que el Señor me dio es que él deseaba que el Oriente Medio se abriera al evangelio. Él deseaba humillar el espíritu del Islam”.
No puede hacerse ningún comentario a la primera parte dado que Irak no atacó a Israel. Pero sí podemos analizar el segundo mensaje que el “el Señor le dio”. Basta conversar con los misioneros que trabajan en países bajo la influencia del Islam —tengo una hija en esta situación— para comprobar que sucede exactamente lo contrario a lo aquí expresado. La realidad es que como resultado de esta guerra los musulmanes se han cerrado aún más al mensaje del evangelio. Hoy son los llamados cristianos, no los musulmanes, los que arrojan toneladas de bombas sobre ciudades, pueblos y familias, sembrando la muerte de miles de inocentes.

“Otros de los líderes nos dijo que ella había estado estudiando Jeremías 50: 2, que dice: «Anunciadlo en las naciones, hacedlo saber; levantad también bandera, publicadlo y no lo encubráis; decid:
"¡Conquistada ha sido Babilonia! ¡Bel está avergonzado! ¡Merodac está deshecho, destruidas sus esculturas, destrozados sus ídolos!"
“Algunas versiones traducen la palabra “confundido” en vez de “avergonzado”. Al buscar ella la palabra “confundido” en el lexicon, encontró que la palabra en hebreo es “Bush”
¡Todos quedamos maravillados de eso! Cada uno de nosotros sintió en el corazón que Dios desea humillar el espíritu del Islam y su dios, Ala, y que Dios esta dirigiendo al Presidente Bush. Sentimos que la verdad de Dios va a prevalecer y que la región se abrirá al evangelio. El espíritu de Babilonia sería quebrado para cambiar la nación de Irak.”


Produce desconcierto pensar que alguien puede manipular el texto bíblico de semejante manera. Es evidente que si estos “profetas” son capaces de encontrar el apellido del presidente de los Estados Unidos de Norteamérica en el Antiguo Testamento para apoyar una guerra como la de Irak, son capaces de encontrar cualquier cosa. No es sorprendente que hayan quedado maravillados, semejante descubrimiento nos sorprende a nosotros también.

“El grupo pequeño que estudiaba el caso de Babilonia también discutió lo que un líder de Austria compartió con nosotros acerca de espíritus ancestrales. Cush y Bel, que fueron los poderes detrás de Nínive, continuaron en Babilonia. En la cultura griega, Bel se convirtió en Hermes. De esa palabra tomamos nosotros la palabra “hermenéutica”. Esto es lo que se estudia en los seminarios cristianos hoy, y produce un pensamiento griego que se opone al pensamiento hebreo de la Biblia. Hubo arrepentimiento de esa clase de enseñanza y pensamiento en la iglesia, así nuestras mentes podrían estar libre para orar correctamente.”

Lo que se estudia en los seminarios es la ciencia llamada “hermenéutica”, que simplemente es cómo “entender e interpretar el texto bíblico”. Se usa para interpretar tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento y es la base de la teología. No solo no debemos arrepentirnos de hacer uso de esa herramienta sino que, por el contrario, debemos ponerla al alcance de quienes quieren estudiar y enseñar la Palabra de Dios.
Son tres ejemplos entre otros tantos disparates, a los que se les da el nombre de “profecías”.
La Biblia nos alerta en muchos pasajes de que aparecerán falsos profetas que tratarán de engañar a los creyentes. La pregunta que surge es: ¿Cómo saber cuando un profeta es verdadero o falso? Las escrituras nos dan la respuesta:
Un profeta verdadero es aquel al que siempre se le cumple todo lo que dice. En Deuteronomio 18: 20 al 22 leemos:
El profeta que tuviere la presunción de hablar palabra en mi nombre, a quien yo no le haya mandado hablar, o que hablare en nombre de dioses ajenos, el tal profeta morirá. 21Y si dijeres en tu corazón: ¿Cómo conoceremos la palabra que Jehová no ha hablado?; 22si el profeta hablare en nombre de Jehová, y no se cumpliere lo que dijo, ni aconteciere, es palabra que Jehová no ha hablado; con presunción la habló el tal profeta; no tengas temor de él”.

Un falso profeta es aquel que, habiendo dicho que recibió algo de Dios, esa palabra no se cumple. Por ejemplo una profecía atribuida a Benny Hinn decía que:
“entre los años 2001 y 2003 iba a recorrer nuestro país un grupo de unos 150 a 200 jóvenes, con rostros oscuros, de color marrón, que iban a viajar por la Argentina trayendo un nuevos espíritu de alabanza. Cuando las nuevas canciones comiencen a fluir...¡Toda oposición satánica quedará rota aquí en la Argentina!.
Simplemente, no hubo tal grupo, una falsa profecía.

Es imprescindible que volvamos a poner a la Biblia en el centro de nuestra atención, que se predique en los púlpitos la Palabra y nada más que la Palabra y que quienes reciban algo del Señor tengan la humildad de ponerlo bajo el escrutinio de otros hermanos y pasarlo por el tamiz de las escrituras. El consejo del Apóstol es muy pertinente para estos días, 1 Tesalonisenses 5: 19 al 22
No alejen de ustedes al Espíritu Santo. 20 Y si él les da la capacidad de profetizar, no la desprecien. 21 Pónganlo todo a prueba, pero quédense sólo con lo bueno 22 y rechacen todo lo malo.

* Juan Pablo Bongarrá es Licenciado en Desarrollo Educativo y Pastor Iglesia de la Puerta Abierta