"Fast-Gospel"
Manuel López - España
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"Arrepentíos y convertíos". El texto griego usa en Hechos 3:19 de forma conjunta dos voces de significado aparentemente dispar: "metanoia" y "epistrefo".
La primera apela al cerebro: adentrarse "detrás de la mente", cambiar esquemas mentales. La segunda, a... los pies: dar media vuelta y volver sobre los propios pasos. Difícilmente cabe imaginarnos el discurso de Pedro al pueblo judío en el Pórtico de Salomón en clave de vibrante espectáculo religioso-musical. El suyo fue un discurso de incuestionable carácter espiritual... expuesto con toda racionalidad.

No hubo truco alguno de los tratados de la oratoria de masas para provocar la explosión de la fibra emocional del público y, "de paso", neutralizar la vena racional de las personas. Los paladines del neopentecostalismo dicen también "Arrepentíos y convertíos", pero se apresuran a añadirle al imperativo bíblico del arrepentimiento y la conversión el adverbio de tiempo "ya".

Lo que buscan son auditorios entregados, no oyentes reflexivos. Es la cultura "flash" de la religión "fast-food" del "amén-amén", el trance súbito, el arrebato exprés, la decisión instantánea, el seguidismo ciego. Es el Evangelio "light" que sustenta la planetaria ola de ultraconservadurismo ideológico que nos invade.

El neopentecostalismo "se aleja de la fe evangélica". Esta es la conclusión a la que llegaron tres expertos españoles en Teología, Pastoral e Historia en el transcurso de una mesa redonda celebrada recientemente en Barcelona por las instituciones de enseñanza bíblica teológica CEEB, IBSTE y EBE.

El neopentecostalismo, sostienen los profesores Bernard Coster, Andreu Dionís y Julián Mellado, postula "otra doctrina", alimenta "una visión mágica de la vida" y confunde "servicio con éxito".

Los principios lema de la Reforma, "Sola Scriptura", "Sola Gratia", "Sola Fide" son negados por el llamado neopentecostalismo, un movimiento metafísico cristiano que trata de imponer una visión mágica de la vida como expresión de la fe cristiana. (Mellado). La salvación bíblica por la cruz de Cristo es suplantada por experiencias salvíficas emocionales, de poder, bendición, felicidad y curación. (Coster). La enseñanza sobre el Siervo sufriente es sustituida por el énfasis en la experiencia del éxito, sitúa enfatizando la autoridad del servicio y no la del cargo. (Dionís).

El neopentecostalismo, concluyen, no es evangélico, sino un "sincretismo espiritualista" donde se mezcla "cierta terminología cristiana con conceptos y prácticas paganas". Frente a la ola de "Evangelio exprés" que nos invade, sólo cabe apelar al Evangelio... eterno.

Agencia Latinoamericana y Caribeña de Comunicación (ALC)
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