El deber de todo cristiano


Sergio Ibañez - Presidente de ABA - presidencia@bautistas.org.ar
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Ahora más que nunca debemos predicar a Cristo. Esta es la oportunidad que tenemos como cristianos de llevar esperanza donde no la hay. El mundo necesita conocer a Dios.

“Respondiendo Jesús, les dijo: Mirad que nadie os engañe. Porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo; y a muchos engañarán. Y oiréis de guerras y rumores… porque es necesario que todo esto acontezca; pero aún no es el fin. Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares. Y todo esto será principio de dolores… y seréis aborrecidos de todas las gentes por causa de mi nombre… Más el que persevere hasta el fin, éste será salvo”
Mat 24:4-13


El hombre es un ser gregario, fue creado para vivir en comunidad. Los grupos tienen una estructura determinada que en ocasiones es estable o circunstancial, entre ellos están los que lideran, los que secundan, los que se arriesgan, los que arengan, y los que acompañan tratando de hacer méritos para ascender en la jerarquía del grupo o para permanecer en él.

Lamentablemente vimos en estos días como un grupo de amigos agredieron a un joven de su misma edad hasta darle muerte. Tal vez no fue premeditado el ataque, sin embargo, bastó que alguno de ellos comience con la agresión para que los otros, se sumen a la misma.

Es el semblante de una sociedad violenta que proyecta su ansiedad y vacío en una provocación a cualquier forma de orden establecido. Una sociedad en que las minorías reclaman sus derechos en desmedro de los derechos de otros, pero hacen caso omiso a sus obligaciones y exigen un respeto que no están dispuestos a dar.

El cambio es inevitable, más temprano que tarde la impiedad y el descontrol hallarán el camino para abrirse paso y aumentar aún más. La clase política más interesada en los votos que en dirigir al país, elige arbitrariamente a las minorías que tendrán privilegios avasallando los derechos de la mayoría silenciada por la propaganda de la muerte y de la mentira. Permite y hasta promueve la condena a muerte a los inocentes en el vientre de sus madres y se niega a escuchar y obedecer la Constitución Nacional, ignorando la protección de Dios fuente de toda razón y justicia.

Sabemos que las leyes no son superiores al poder de Dios, que con o sin ellas no terminarán los asesinatos, los abortos, las violaciones, la violencia intrafamiliar, los abusos, ni toda otra clase de iniquidades porque el hombre ha caído en su naturaleza a causa del pecado, su vida está contaminada desde que se alejó de la voluntad de Dios y la única salida del pecado es el amor del Señor que restaura y da una nueva oportunidad. Jesucristo salva y da el perdón a los pecados y una nueva vida.

La iglesia debe predicar a Cristo, para llevar restauración a vidas destruidas.

Las nuevas generaciones enfrentarán desafíos cada vez más difíciles en los que necesitarán estar bien cimentados en la Palabra de Dios para poder dar razón de su fe a quien la demande con mansedumbre y reverencia, pero también con firmeza y convicción. En 1 Pedro 3:15 nos dice: “Honren a Cristo como Señor, y estén siempre dispuestos a explicarle a la gente por qué ustedes confían en Cristo y en sus promesas. Pero háganlo con amabilidad y respeto. Pórtense bien, como buenos seguidores de Cristo, para que los que hablan mal de la buena conducta de ustedes sientan vergüenza de lo que dicen”.

Eso nos encomienda el Señor como hijos suyos. ¿Qué mejor que predicar a un Cristo redentor, que sana y restaura vidas, reflejándolo en nuestra propia vida? Creo que ese es el mayor desafío que debemos afrontar como cristianos. Y la iglesia deber ser un reflejo de esto mismo. No es tarea de una sola persona o de una organización o de una religión, no. Esto es tarea de todos los que decimos ser seguidores de Cristo. Ese es el mandato de parte de Dios para cada uno de nosotros. Sin rodeos. Claro y conciso.

Debemos estar dispuestos a hacernos cargo y llevar adelante el mensaje de Salvación a través de nuestro testimonio.

Como Asociación Bautista Argentina estamos firmemente comprometidos en la extensión del Reino de Dios, ajustados a la doctrina y práctica bíblica. Junto a las iglesias y hermanos que nos acompañan intercedemos ante nuestro Señor por nuestra Nación, para que nos guíe hacia ese destino de bien que quiere para los que le siguen. Para que en el camino muchos otros se sumen a las oraciones y al Reino y todos podamos poner en práctica el ruego que Pablo le hace a Timoteo en su última carta. 2° Ti 4:15.

Dios les bendiga.

Sergio Eduardo Ibáñez