Las cosas claras.


Carlos Bollatti - Presidente de ABA - presidencia@bautistas.org.ar
ampliar tamaño reducir tamaño

¿A lguna vez intentaste al leer una historia bíblica meterte en la piel de Abraham, Moisés, Daniel, Pablo o cualquier otra persona que nos presenta la Biblia?

¿Te preguntaste alguna vez qué hubieras hecho si el Señor te dijera “deja tu casa, tu parentela, tu tierra y vamos a la tierra que te voy a mostrar porque voy a hacer de vos una nación grande”?

¿Qué hubieras pensado si un día desde un arbusto que arde escucharas la voz del Señor llamándote para sacar a Su pueblo de la esclavitud en Egipto?

Si Dios te mandara a predicar a gente que no te gusta en lo más mínimo, ¿te comportarías como Jonás?

¿Serías tan fiel como Daniel y sus amigos que por ser fieles al Señor fueron echados en el horno de fuego y en el foso de los leones?

Cuántas historias más podríamos recordar y pensar cómo nos sentiríamos, qué pensaríamos, cómo reaccionaríamos y especialmente ¿qué haríamos?

El Señor ha dispuesto que vivamos en este tiempo, por lo que no es para nada sabio quejarnos de los tiempos, sino aprovechar las oportunidades que el Señor nos da, recordando que confía en nosotros para hacer conocer de Su amor y de Su obra a todos.

El mismo Dios sigue con el mismo plan, tener una relación con cada uno de los que lo acepten. Su propósito no es condenar, sino salvar. Buscar al que esta caído, alejado y sumergido aun en la más profunda miseria para darle una nueva oportunidad y restaurarlo.

Dios sigue llamando, enviado y utilizando a sus hijos para bendición, y sin duda cada uno de nosotros también estamos en su plan, por lo que creo que es bueno recordar dos pasajes que nos permitan estar seguros y listo en el momento oportuno.

El primero es el que nos presenta el libro de Josué antes de cruzar el Jordán, en ese momento Josué dice al pueblo: “Santificaos porque mañana el Señor hará maravillas entre ustedes”, fue el inicio de la entrada a la Tierra Prometida. Vivir fielmente y obedeciendo al Señor es indispensable si queremos verle obrar.

El segundo tiene que ver con tener bien claro en dónde depositar nuestra confianza, teniendo en claro que es el Señor el que nos permite andar seguros. El Salmo 20 dice “estos confían en carros y los otros en sus caballos, pero nosotros confiamos en el Señor”. Que bueno es hacer todo nuestro mejor esfuerzo, pero estamos seguros solo cuando confiamos en el Señor.

Tenemos muchos desafíos, el mismo Señor que utilizó en su tiempo a Abraham, Moisés, Josué, Elías, David, Pablo, Esteban; es el mismo Dios que nos quiere utilizar a cada uno de nosotros en este tiempo para llevar adelante su plan.

Frente a esto, ¿cómo vas a responder?

Entendemos como ABA que el Señor espera mucho de nosotros, juntos podemos vivir la experiencia de ponernos en Sus manos y ser partícipes de Su obra.

Que Dios nos bendiga.