La manifestación del enojo de Dios.

Raúl Scialabba - Presidente de ABA - presidencia@bautistas.org.ar
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Así como en la reflexión teológica cristiana, la creación comienza con el espíritu de Dios "meditando sobre el rostro de las aguas"(Génesis 1:2), más tarde, la sequía se convierte en un símbolo y una imagen de juicio divino (Isaías 33:9) y la esperanza escatológica de los profetas se expresa a través de la promesa que surgen ríos en el desierto (Isaías 43:19), ¿por qué no pensar que los desastres naturales actuales son una manifestación del enojo de Dios ante el comportamiento irresponsable del hombre contemporáneo?

Muchas veces pedimos que Dios nos haga oír su voz. Parecería que lo hacía en tiempos remotos pero que hoy ha dejado de hacerlo. ¿Es así? ¿Acaso no se expresa también a través de estos sucesos registrados en los primeros meses de este año?

Aquí un resumen:
Un fuerte temblor de 8.2 grados en la escala de Richter sacudió el territorio de Chile, generando alarma y daños entre la población, un temblor de 5.2 grados se registró en el sureste de California sin que se reporten daños o heridos, incendios en bosque del norte de Colombia, una sequía causa emergencia extrema en el noroeste de Haití acabando con cultivos y ganado vitales, un temblor en Java, Indonesia de 5.2, temblor en Taiwán de 5.7 grados, erupción del volcán Pacaya en Guatemala, temporal en Francia mata a 21 000 aves azotando el litoral occidental, cifra sin precedentes, torrenciales lluvias dejan muertos y caos en Uruguay, Bolivia y Perú, la tormenta Pax dejó 10 muertos en EEUU causando una serie de estragos…

Indudablemente que algunos de éstos son causados como producto de las actividades humanas que alteran la normalidad del medio ambiente: la contaminación, la explotación errónea e irracional de los recursos naturales renovables como los bosques y el suelo, la construcción de viviendas y edificaciones en zonas de alto riesgo entre otros.

Pero Dios se puede expresar de muchas formas en nuestras vidas.

Si bien a lo largo de la historia del hombre estas manifestaciones siempre ocurrieron, - terremotos, inundaciones, tsunamis, deslizamientos de tierra y otros-, la acumulación y reiteración de los mismos en la actualidad, deberían llevarnos a la reflexión.

¿El enojo de Dios, no será más que nunca, otra de las consecuencias de haberlo dejado de lado en nuestras vidas y en nuestra sociedad?.