¿Por qué y para qué?
Carlos Bollatti - Presidente de ABA
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El pasado 20 de Agosto nos encontramos en Rosario más de doscientos delegados en representación de alrededor de sesenta iglesias de nueve provincias del país. Veintiocho iglesias enviaron a sus delegados con el mandato de ser parte de la creación de la Asociación Bautista Argentina. Las restantes iglesias que participaron como observadoras, tuvieron la oportunidad de reunir toda la información sobre lo ocurrido, la misión y los estatutos de la ABA para tomar su decisión.

Naturalmente, como en todo inicio debimos dedicar tiempo a lo que tiene que ver con la aprobación de los estatutos y muchos detalles técnicos, pero eso no nos privó de compartir un día de compañerismo y alegría por estar juntos.

No es ninguna novedad los acontecimientos que han estado sucediendo dentro de la obra denominacional, las diferencias (que no son pecado, aunque si influyen en nuestras relaciones, en la confianza y en la posibilidad del trabajo cooperativo), las luchas por el “mal llamado poder”, el trastorno de los que han sido siempre nuestros principios y los riesgos ciertos de cambio en la calidad y esencia de las relaciones en los organismos fraternales de los cuales somos parte, llevaron a que muchas iglesias tomen caminos que les permita tener la tranquilidad de la preservación de la autonomía de la iglesia local y el resguardo adecuado de sus bienes. Esto último puede parecer “tremendista”, pero lamentablemente en nuestro país muchas veces hemos sufrido terribles consecuencias por no tomar decisiones y actuar en tiempo y forma, antes que las cosas sucedan y sea demasiado tarde. Por eso entendimos que era necesario tomar ciertos recaudos que nos permitan estar tranquilos sobré estos aspectos básicos y a su vez generar un espacio que nos permita recrear relaciones de confianza que nos ayuden a crecer y cooperar para el extendimiento del Reino de Dios.

En los días previos al 20 de Agosto circularon con cierta intencionalidad rumores y mails que intentaron presentar la constitución de la ABA como una ruptura de la Convención Evangélica Bautista, de ninguna manera esto es así, la CEBA es una convención de iglesias y cada iglesia libre y autónomamente decide si pertenece o no a ella, no es condición para formar parte de la ABA salir de la CEBA, como claro ejemplo puedo citar la iglesia a la cual pertenezco que es parte de ambas. Así y todo “cae de maduro” que la necesidad de un marco de confianza y una vuelta a la práctica de los principios bíblicos y bautistas demanda acciones, en este caso la creación de la ABA.

Un hermano me preguntaba, y ahora ¿a que se va a dedicar la ABA?. Permitanme tratar de señalar algunos de los ejes básicos en los cuales estaremos trabajando.

En primer lugar estaremos trabajando y haciendo lo necesario para recrear relaciones de confianza entre las iglesias y quienes formamos parte de la ABA. Deseamos profundamente poder participar de encuentros que nos motiven, que estén libres de ironías desde el frente y en los que no sólo los cultos sean importantes, sino también el disfrutar de la relación con el hermano. Sin esto es imposible hacer nada.

En segundo lugar (y sin duda lo más importante), trabajar con mucho entusiasmo en el desarrollo de una espiritualidad sana, practica y comprometida. Un conocido teólogo bautista latinoamericano señala que mucha de nuestra espiritualidad está basada en lo “cúltico”, pero que la verdadera espiritualidad tiene su fundamento mayor en la relación personal y permanente con nuestro Dios, que nos permite conocerlo más a El y en consecuencia nos alienta a vivir más con es el deseo de El. Este será el tema central de nuestro primer encuentro como ABA a fines de Abril de 2006.

En tercer lugar, volver a hacer hincapié en la educación cristiana, generando programas y materiales a la que podrán tener acceso todos por medio de nuestra web que pronto estará a dispoción.

En cuarto lugar, generar especio para el desarrollo y la participación de los jóvenes de nuestras iglesias.

En quinto lugar, comenzar a desarrollar y concretar un compromiso y accionar misionero.

En sexto lugar, estar abiertos a una cooperación con otras asociaciones para el cumplimiento de estos y otros objetivos.

Y en séptimo lugar, ayudar a las iglesias en todo lo que tiene que ver con sus necesidades legales.

Ya hemos recibido de algunas iglesias el pedido de sumarse a la ABA y eso nos alegra, pero más nos alienta el ver en hechos concretos que el Señor nos está guiando y llevando adelante en la tarea.

Que Dios nos bendiga y estoy a disposición de cada uno.